En todo el mundo, miles de millones de trabajadores de alimentos hacen posible que el mundo tenga que comer. Casi todos los alimentos que comemos pasan por las manos de los trabajadores que los plantan, cosechan, procesan, transportan, preparan, venden, y sirven. Tan solo en los Estados Unidos hay más de 21.5 millones de trabajadores de alimentos, haciendo de la industria de los alimentos el empleador más grande. La industria de los alimentos también es la más explotadora.

Somos los trabajadores de los alimentos en el sistema alimentario, empleados en las granjas, en las fábricas, almacenes, camiones, supermercados, restaurantes, cafeterías, vendiendo alimentos en las calles y mucho más. Estamos organizando localmente y globalmente para mejorar nuestras condiciones de trabajo y para tener una voz en nuestro lugares de trabajo y comunidades. Los movimientos de los trabajadores del pasado y los movimientos de trabajadores crecientes nos inspiran hoy en día en muchas industrias. Nos enseñan que organizar al nivel de los trabajadores puede construir el poder que necesitamos hoy y el poder que necesitamos para la lucha a largo plazo por la justicia económica y social para todos los trabajadores.

¿POR QUÉ DEBEMOS ORGANIZAR?

Los trabajadores de los alimentos reciben el salario medio más bajo, dejándolos a ellos y a sus comunidades sin poder comprar los mismos alimentos que producen y más dependiente en la asistencia pública que cualquier otra fuerza laboral. Los trabajadores de los alimentos son sujetos a condiciones de trabajo extremadamente peligrosas, con altas tasas de lesión, muerte y enfermedad a través de la cadena alimenticia. Estas condiciones con creciente precariedad y  falta de seguridad de empleo dejan vulnerable a los trabajadores  alimentarios al robo de salario, discriminacion racial y étnica y violencia. Los trabajadores alimentarios también han sido  blancos de la actual onda de implementación abusiva anti-inmigrante.

Nuestro labor es esencial para nuestro sistema de alimentos. Sin embargo, los trabajadores de los alimentos son tratados como desechables en cada etapa de sus labores y la explotación permanece invisible para la mayoría de los consumidores. Basada en el enfoque lucrativo, la consolidación corporativa de la industria de los alimentos y el capitalismo global permiten que la explotación continúe. Sin embargo, esta carrera hacia abajo de la economía de los alimentos no solo impacta a los trabajadores, sino también impacta a todos. El ciclo de producir alimentos baratos ha llevado a la extrema degradación de nuestra salud y ambiente.

Este sistema de alimentos y labor está enraizado en la historia de la esclavitud y la colonizacion, que continúan formando las condiciones hoy en día. Entendemos que para desmantelar a las instituciones de explotación laboral debemos desmantelar a las instituciones de labor y colonización. Del mismo modo, el capitalismo global y el imperialismo en la forma de violencia económica, la guerra, y la militarización de nuestras ciudades en el fronteras también forman fuertemente estas condiciones. Creemos que nuestra lucha siempre tiene que reflejar este análisis y construir solidaridad global.

NUESTRA VISIÓN

A través de organizar en nuestros lugares de trabajo y comunidades podemos revolucionar el sistema alimenticio para que sea uno en donde nuestro trabajo sea valorado y respetado, en donde todos los trabajadores puedan compartir de nuestros bienes de labor, y en donde podamos tener el poder para formar nuestras condiciones de trabajo y de nuestras vidas. Somos guiados por los siguientes principios:

NUESTRA GUÍA DE LA RUTA ORGANIZADORA

El derecho a organizar nuestros lugares de trabajo es fundamental y el enfoque de nuestra visión. Esto incluye la habilidad de ejercer el derecho a condiciones de trabajo justas y seguras sin temor al acoso o a las represalias de los empleadores y del gobierno. Con esto en mente, estamos construyendo una guía de ruta guiada por las luchas y victorias de nuestros miembros: